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  • Título del libro: Cielos, digan por qué
  • Autor/a: Claudia Bonder
  • Año: 2024
  • Editorial: La Luminosa
  • Medidas: 23X17 cm
  • Número de páginas: 72

Sobre el libro

Cielos digan por qué es un relato a partir de fotografías de Claudia Bonder y textos de Diana Wang. Las fotos fueron tomadas en diferentes sitios de genocidios y matanzas. A través de un blanco y negro expresivo y radical nos sumergen en la oscuridad de lo innombrable. Los textos abren preguntas acerca de los modos y los fines de la representación de la crueldad. ¿Cómo construir imágenes, conceptos, reflexiones que nos permitan entender, metabolizar y, eventualmente, frenar todo ese horror? 

Cielos mudos sobre una tierra en penumbras

¡Cielos, digan por qué! ¡Oh, digan por qué!

¿Por qué nos merecimos ser tan humillados en esta ancha tierra?

La sordomuda tierra se hace la ciega… pero ustedes, cielos, lo vieron;

¡ustedes lo observaron todo desde las alturas y no se trastornaron!

Itsjok Katzenelson (noviembre de 1943)

 

Cielos mudos cubren una tierra tormentosa regada con genocidios, matanzas masivas, el mal desatado con crueldad y sin culpa. ¿Cómo construir imágenes, conceptos, reflexiones que nos permitan entender, metabolizar y, eventualmente, frenar todo ese horror? 

Estos hechos nefastos, hijos del siglo XX, entronizaron el espanto. La muerte de tantos millones, entre arbitrariedades, injusticias y abyecciones, nos sigue llenando de interrogantes, nos interpela y conmueve en lo más esencial de lo humano. 

¿Cómo representar la muerte, el sinónimo de lo irrepresentable?

El Holocausto instaló la aterradora novedad de una industria de la muerte, el horror movilizó a la humanidad que se pronunció casi unánimemente por un nunca más que creyó definitivo. Lamentablemente, fue solo una frase con buenas intenciones. En la segunda mitad del siglo XX el nunca más anhelado fue un otra vez, otra vez y otra vez

La muerte exige un ritual que la integre al devenir de lo humano. Sin cuerpo no hay ritual, el muerto nunca lo estará del todo. Es la tragedia de los desaparecidos y la de las víctimas de los genocidios perdidos en fosas comunes, incinerados y evaporados, que hacen imposible incorporarlos al ritual que los vivos necesitamos para convencernos y aceptar que han muerto.

Recorro estas páginas y me dejo llevar sin orden ni concierto. Estas fotos se atreven a contrariar la necesidad de poner orden al desorden, de rodear la realidad difusa con bordes nítidos. No todo es oscuridad e incertidumbre. Estas imágenes abren un resquicio y consiguen imprimirle belleza a lo irrepresentable. La sed estética también es amor. Y quiero creer, necesito creer, que tras esas nubes cargadas de memoria y promesas, latiendo y expectante, nos espera el amor. 

Diana Wang

Julio 2024



Cielos, digan por qué de Claudia Bonder

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  • Título del libro: Cielos, digan por qué
  • Autor/a: Claudia Bonder
  • Año: 2024
  • Editorial: La Luminosa
  • Medidas: 23X17 cm
  • Número de páginas: 72

Sobre el libro

Cielos digan por qué es un relato a partir de fotografías de Claudia Bonder y textos de Diana Wang. Las fotos fueron tomadas en diferentes sitios de genocidios y matanzas. A través de un blanco y negro expresivo y radical nos sumergen en la oscuridad de lo innombrable. Los textos abren preguntas acerca de los modos y los fines de la representación de la crueldad. ¿Cómo construir imágenes, conceptos, reflexiones que nos permitan entender, metabolizar y, eventualmente, frenar todo ese horror? 

Cielos mudos sobre una tierra en penumbras

¡Cielos, digan por qué! ¡Oh, digan por qué!

¿Por qué nos merecimos ser tan humillados en esta ancha tierra?

La sordomuda tierra se hace la ciega… pero ustedes, cielos, lo vieron;

¡ustedes lo observaron todo desde las alturas y no se trastornaron!

Itsjok Katzenelson (noviembre de 1943)

 

Cielos mudos cubren una tierra tormentosa regada con genocidios, matanzas masivas, el mal desatado con crueldad y sin culpa. ¿Cómo construir imágenes, conceptos, reflexiones que nos permitan entender, metabolizar y, eventualmente, frenar todo ese horror? 

Estos hechos nefastos, hijos del siglo XX, entronizaron el espanto. La muerte de tantos millones, entre arbitrariedades, injusticias y abyecciones, nos sigue llenando de interrogantes, nos interpela y conmueve en lo más esencial de lo humano. 

¿Cómo representar la muerte, el sinónimo de lo irrepresentable?

El Holocausto instaló la aterradora novedad de una industria de la muerte, el horror movilizó a la humanidad que se pronunció casi unánimemente por un nunca más que creyó definitivo. Lamentablemente, fue solo una frase con buenas intenciones. En la segunda mitad del siglo XX el nunca más anhelado fue un otra vez, otra vez y otra vez

La muerte exige un ritual que la integre al devenir de lo humano. Sin cuerpo no hay ritual, el muerto nunca lo estará del todo. Es la tragedia de los desaparecidos y la de las víctimas de los genocidios perdidos en fosas comunes, incinerados y evaporados, que hacen imposible incorporarlos al ritual que los vivos necesitamos para convencernos y aceptar que han muerto.

Recorro estas páginas y me dejo llevar sin orden ni concierto. Estas fotos se atreven a contrariar la necesidad de poner orden al desorden, de rodear la realidad difusa con bordes nítidos. No todo es oscuridad e incertidumbre. Estas imágenes abren un resquicio y consiguen imprimirle belleza a lo irrepresentable. La sed estética también es amor. Y quiero creer, necesito creer, que tras esas nubes cargadas de memoria y promesas, latiendo y expectante, nos espera el amor. 

Diana Wang

Julio 2024



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